La industria de la Moda, como cualquier otro organismo, está invadido por corrupción en todos los sentidos, y ser consciente de esto solo nos hace más responsables del futuro, de lo que se haga a partir de ahora, de cómo reaccionamos a las cosas, de por qué o si apoyamos a ciertas empresas, marcas, personas.
La mayor protesta que se ha hecho en la industria, no ha sido ningún desfile. Es el concepto del vestir en sí mismo, porque atreverse a proclamar quién eres, cómo eres, o por qué piensas de cierta manera sobre algún tema en especial, es en su defecto, una gran declaración.
A lo largo de la historia, muchísimos diseñadores han ocupado esta idea de protestar para expresar sus ideas, entre ellos Vivienne Westwood, la gran portadora de la irreverencia.
Protestando sobre el cambio climático, el consumismo, la libertad de expresión y el calentamiento global.
También Stella McCartney, quién ha convertido su marca en embajadora del discurso protesta sobre el cuidado del planeta.
Y así tantos, Nike, Levi´s Strauss, Gucci, Dior, y por supuesto Karl Lagerfeld en Chanel, con su famosa pasarela Primavera/Verano de 2015.
Sin embargo pareciera que solo damos visibilidad a las protestas estéticamente correctas, que solo nos ponemos la T-shirt blanca que dice “THE FUTURE IS FEMALE” cuando llega el 8 de marzo,¿Pero qué pasa con el resto del año?
Si bien la comodidad del silencio, se ha apoderado del periodismo latinoamericano, existen voces independientes que le han hecho frente a la problemática, de la parcialidad barata, que por supuesto reina en las redes sociales, y medios de comunicación masivos.
¿Pero por qué estamos hablando de esto?
Es de conocimiento general que en los últimos días, trabajadores del conglomerado Condé Nast, han salido a las calles, afirmando malas conductas y negociaciones de la empresa, relacionadas con despidos ilegales.
Y lo que verdaderamente me disgusta de toda esta situación, es que considero no ha tenido la difusión necesaria, hay una sobreabundante carencia de información al respecto, lo que hace muchísimo más complejo poder tomar participación en la causa, y brindar o no el apoyo que requieren.
He tenido que bucear en internet para encontrar datos, y casi todo lo que he visto o leído, está pasado por un fuerte filtro de miedo, a dar una opinión concreta, ya que como todos sabemos, los involucrados en la polémica contienen mucho poder para silenciar.
Aplaudo a todo aquel que tenga el valor suficiente y necesario de salir a las calles, a decir lo que tenga o sienta que debe, pero también a quién no se resigna a la omisión, y emite sonidos desde el lugar en que se encuentre.
Hemos hablado acá ya muchísimo sobre que nuestras plataformas, cuentas y perfiles, queramos o no, son fuentes, que revelan quiénes somos, cómo pensamos, que opinamos, y qué hacemos. Pero habrá que seguir haciendo conciencia, tanto para la comunidad de la industria de la moda, como para cualquiera que tenga a su alcance alguna forma de comunicarse.
Hoy, como todos los días, mi intención sincera, es que reflexionemos sobre qué postura asumimos cuando se trata de temas polémicos,
¿Le creemos automáticamente a los medios más conocidos?¿Investigamos al respecto antes de dar una opinión?¿Damos una opinión?¿Damos difusión?¿Solo pasamos de largo?¿Qué estamos haciendo?
Todo esto por alguna razón me recuerda a aquel verso del poema Silencio,
“Oh silencio, silencio que una estrella ha caído, dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.”
Alfonsina Storni
No dejemos pasar el tiempo, siendo solo espectadores de protestas, de marchas, de causas, tomemos voto, tomemos partido.
Levantemos voces, banderas y posts, que al final si somos muchos, y si todos hiciéramos ruido juntos y sin miedo, cualquiera olvidaría fácilmente que una vez, el silencio existió.
