por Renata González
De un discurso para recoger un ‘Emmy Award’ surge una reflexión dedicada a todas las víctimas sobrevivientes de abuso sexual, gracias a Michaela Coel. Tomar aire es el primer paso para poder gritar.
Fotografía recuperada del sitio ‘There Ought To Be Clowns’
Durante la pasada entrega de los ‘Emmy Awards’, Michaela Coel; actriz, guionista y directora británica, recibió el premio que galardonaba a la miniserie ‘I may destroy you’ por mejor guión. Al recibir su primer ‘Emmy’ dio un discurso con un poderoso mensaje dirigido principalmente a sus compañeros guionistas pero que tiene connotaciones mucho más profundas, pues dedica el premio a todas las víctimas sobrevivientes de abuso sexual.
Michaela basa en su propia experiencia la narrativa de la serie ‘I may destroy you’ al encarnar a Arabella, una exitosa escritora a la que drogan durante una noche de fiesta y conforme avanza la serie entendemos cómo vive su proceso de reconstrucción tras darse cuenta de que fue víctima de una agresión.
Tiene todo el sentido que, Coel en su discurso hable sobre ‘escribir la historia que nos de miedo, que sea incómoda y que nos llene de incertidumbre’, pero también que nos invite a ausentarnos, incluso de nosotros mismos, a ser invisibles de vez en cuando y permitir que en el silencio resultante de esa ausencia sea nuestra propia voz la que nos de visibilidad.
El hablar sobre aquellas cosas que nos den miedo y el vivir un momento de introspección para después usar nuestra propia voz creo que es un proceso vital para cualquier víctima de abuso sexual; el discurso invita a contar nuestras propias historias pero no sin antes haber vivido un complejo proceso de reconstrucción.
Si algo he aprendido sobre estos ‘procesos de reconstrucción’ es que no hay una forma correcta o incorrecta de vivirlos; no existe una forma lineal ni un tiempo exacto para procesar la situación.Cada víctima vive su proceso de manera única y lo expresa en el momento en el que se sienta lista y de la forma en la que se sienta lista.Para algunas víctimas el proceso comienza ‘simplemente’ asimilando la situación, para otras contándoselo a un ser querido y muchas otras presentando una denuncia ante las autoridades correspondientes.
Alzar la voz significa quitarle poder a toda esa red de agresores que se benefician con el silencio de las víctimas porque desde el momento en el que una víctima decide contar su historia está ayudando a cambiar la de muchas otras; pero también, alzar la voz significa contar con una red de apoyo sólida, a ser fuertes y resistir.
Abrazar nuestro propio proceso es importante y levantar la voz cuando nos sintamos listas y seguras es primordial, cada quien debe darse el tiempo y el espacio para procesar su propia experiencia porque cada proceso es válido.Para hablar de lo que nos incomoda, hay veces en las que primero tenemos que guardar silencio para tomar aire y después gritar.
Podemos agradecer a Micahela Coel por dar un discurso digno de reflexionar y por escribir, dirigir y protagonizar una serie que aborda un tema del que nunca se debe dejar de hablar.
Michaela Coel recibiendo su primer ‘Emmy’ .Fotografía recuperada de Vanity Fair