Samantha Dalida: La Vida de una Artista que Encarna un Mito Musical
Samantha Dalida, una talentosa artista francesa, ha llevado una vida fascinante que la ha llevado a encarnar el espíritu de la icónica cantante Dalida. Aunque sus inicios artísticos estuvieron marcados por la admiración hacia Liza Minnelli, todo cambió en 2007 durante una interpretación de “Besame mucho”.
¡Sí o no lo creas, al principio mi admiración estaba dirigida hacia Liza Minnelli. Sin embargo, todo cambió en 2007 mientras entonaba la melodía de “Besame mucho”. En ese momento, alguien se aproximó y me elogió por mi imitación de Dalida.
En ese momento, Samantha fue abordada por alguien que la felicitó por su asombrosa imitación de Dalida. Aunque inicialmente se sintió ofendida, ya que su objetivo no era emular a otra persona sino expresar su propio arte, las miradas persistentes en la calle y en el supermercado la hicieron tomar conciencia de su sorprendente parecido con la famosa cantante.
Desde sus primeros pasos en el mundo artístico, Samantha demostró ser una polifacética intérprete. Desde patinar para Holiday on Ice hasta bailar en escenarios emblemáticos como el Lido y el Moulin Rouge, su carrera estuvo marcada por su versatilidad. Sin embargo, el parecido con Dalida le cerró puertas en el ámbito de los castings convencionales. Ante este desafío, Samantha decidió tomar las riendas de su carrera y creó su propio espectáculo, el “Dalda Show”, como un sentido homenaje a la gran cantante. En el escenario, no es Samantha quien interpreta las canciones, sino Yolanda, el verdadero nombre de Dalida, que cobra vida a través de ella. Con el mismo físico, la misma voz que en el estudio y la misma gestualidad, Samantha ha logrado cautivar a su audiencia.
Este viaje no estuvo exento de desafíos. En más de una ocasión, la confusión fue tal que alguien llegó a agarrarla del brazo pensando que era la propia Dalida, y en un club nocturno, los clientes llegaron a tirar de su pelo para verificar la autenticidad de su apariencia. Personificar un mito es un honor, pero también conlleva un desafío significativo. Samantha entiende que la gente espera ver a Dalida a través de ella, y no tiene derecho a decepcionar a sus seguidores.
Más allá de los escenarios, la vida de Samantha se entrelaza con la de Yolanda, la atormentada y talentosa Dalida. Nacida en Perú de madre peruana y padre austriaco, Samantha creció en Suiza, hablando cuatro idiomas a la edad de 14 años. Aprendió inglés y neerlandés gracias a su esposo, lo que le permite cantar como Dalida en varios idiomas.
La peregrinación anual de Samantha a la tumba de Dalida en París en el aniversario de su muerte es un conmovedor tributo. Aunque lleva una vida feliz, Samantha reconoce que siente lo que Dalida experimentó al interpretar sus emotivas canciones. Cada visita a la tumba, solicitada para posar junto a la estatua de la difunta cantante, refuerza la conexión entre ambas mujeres.
Con el tiempo, Samantha ha llegado a creer que no hay coincidencias en su encuentro con el legado de Dalida. A veces, se divierte pensando que la propia Dalida le está hablando. A pesar de este profundo vínculo, Samantha mantiene una distancia crucial: fuera del escenario, vuelve a ser simplemente Samantha. No busca cultivar el parecido, pero reconoce que la esencia de Dalida inevitablemente la alcanza. La historia de Samantha Dalida, recopilada por Chloé Belleret, es un testimonio único de la influencia duradera de una leyenda musical en la vida de una artista contemporánea.
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