Entre puzzles de sudoku, mi taza favorita de café y el dinero que dejé sobre la mesa de noche (y que aún no he guardado), me di cuenta que apenas han pasado 38 días del año y ya estoy cansada. ¿Cansada de qué? De vivir corriendo, como si siempre estuviera de afán.
La verdad es que siempre me he caracterizado por vivir muy rápido; por querer ir un paso más adelante de la vida, de mi edad y de las expectativas que ponían los demás sobre mis hombros. Como si estar un paso adelante me diera más certezas que dudas en la vida.
Esta mañana decidí hacer algo diferente: salí al sol antes de empezar a trabajar y, mientras tomaba mi café, leí un capítulo de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ (una más en mi larga lista de metas de año nuevo) tan sólo para darme cuenta que este 2022 – porque en realidad New Years dura hasta el 31 de diciembre – quiero hacer las cosas de manera diferente: lo quiero todo, pero a mi ritmo.
Ya no quiero vivir el afán de vivir vidas que otros esperan para mí; quiero vivir la vida de mis sueños a mi tiempo y quiero dejar el cansancio en el pasado (que de por sí es demasiado pesado para llevarlo en mi tote bag de La Durée).
¿Y qué mejor año que el 2022 para hacerlo? Es el año del Very Peri – el color del coraje y la creatividad – del color blocking y tantas otras tendencias que parecen gritar(nos)me: “Relájate, explora, ¡vive!”
… And just like that (como diría nuestra queridísima Carrie Bradshaw) entendí que quererlo todo también significa querer volver a ser una adolescente que juega con su closet tratando de encontrar su estilo personal mientras canta sus canciones favoritas. Quererlo todo es soñar con nuevas metas y con conocer una nueva versión de mí misma que no puede esperar para salir.
No sé si son los años nuevos – que me ponen aún más romántica de lo usual – o la sensación que queda en el aire cada vez qué hay luna nueva, pero de algo estoy segura: este año ya no será una lista interminable de metas por cumplir porque sólo quiero una cosa: lo quiero todo.
XOXO, IT Girl.