“Mabel Cadena” se ha vuelto uno de mis nombres favoritos del momento, que no importa si lo leo, lo escucho o la veo a ella 10 veces al día, porque no voy a decir mi edad, pero 12 años no tengo es evidente, y sigo emocionándome infinitamente por el papel que va a desempeñar en el Universo Marvel.
Mabel no llegó a este papel por un golpe de suerte, la hoy mundialmente conocida por su interpretación de Namora, lleva más de 10 años en la actuación, comenzando por el teatro, pasando a la televisión y finalmente al cine. Entre sus trabajos más destacados se encuentran: Capadocia (2012), El Señor de los Cielos (2014), Ingobernable (2017), Monarca (2019), Hernán (2019), Por la máscara (2018), La diosa del asfalto (2020) y El baile de los 41 (2020), las dos últimas le han dado nominaciones a los premios Ariel.
Me parece muy importante que haya sido un personaje tan entregado como ella, quien tuviera la oportunidad de entrar a las grandes ligas y representar a todo un amplio sector de personas que nos podemos sentir identificadas con su descendencia, su color de piel, sus facciones, su acento, incluso su sentir, porque también a ella, muchas veces le dijeron “NO”, porque esos no eran papeles que pudiera representar, esos no eran los lugares que podría pisar alguien con su apariencia, se lo dijeron tanto que en un punto lo creyó, en varias ocasiones ella ha mencionado que renunció a muchas cosas “Yo renuncié a Hollywood porque no creía que podía estar aquí” dijo en una conversación.
Sin embargo, sabía perfectamente que a lo largo de su carrera, cualquier personaje al que le tocara dar vida, lo haría con toda la disciplina, el respeto y el agradecimiento correspondiente, y en cuanto supo que su próximo proyecto sería darle vida a Namora, una mutante híbrida hija de un atlante y una humana, con habilidades para nadar a grandes velocidades, respirar bajo el agua, volar y además con una piel resistente a las balas; a Cadena le tomó un par de segundos saber que tenía que dar el 100%, a pesar de no dejar de preguntarse ¿por qué? había sido de entre tanto talento latino “la elegida”, ella no ha dejado de agradecer por “estar en un lugar en el que jamás pensó estar”.
Pero ¿Qué hay más allá de Namora?
Además de actuar, Mabel tiene muy presente que su voz debe de ser escuchada para ser parte de grandes cambios, sabe que es importante poner sobre la mesa temas como la inclusión, el racismo y la representación, que todo aquello que un día le dijeron cuando era una niña “que las personas morenas nunca iban a ser superhéroes”, hoy todo se hace realidad, ella tiene la oportunidad de cambiar esas narrativas, en este momento tiene el gran poder de transformar las nuevas ideas e imágenes con las que ahora pueden crecer las nuevas generaciones, sin coartar sus sueños y mostrarnos que todos los espacios que existen pueden ser ocupados por quienes pocas veces nos podemos sentir identificados con la publicidad, los actores, las modelos, los directores, entre muchísimas otras ocupaciones.
Hoy incluso ya puede decirse a sí misma “que es una heroína de carne y hueso” al mismo tiempo que observa y piensa en las alianzas y comunidades de gente latina que existe en todas partes y la cantidad de trabajo que viene por delante, y es que por mucho tiempo nos ha tocado escuchar “que no hay peor enemigo de un mexicano que otro mexicano” y en personas como Mabel, me olvido por completo de esas frases para llenarme de grandes esperanzas por cambios que todas las industrias necesitan.
Finalizo este texto muy emocionada por todo lo que he escuchado decir a Mabel en entrevistas, conversaciones y enlaces, porque yo creo que sus luchas no se van a quedar en palabras.