Hablemos de Denika Ávila, una verdadera representante de la moda consciente. Es impresionante cómo logró fusionar sus pasiones y evidenciar esto en sus diseños finales. Sin embargo, lo que más me llama la atención, no es esto, es que a cuatro meses de terminar su Lic. En Psicología, comenzó la Lic. de Diseño de Moda.
¿Cómo se le llamaría entonces a esta decisión tan arriesgada, que no sea devoción, por lo que hoy hace?
Tantas personas pasan toda su vida estudiando una profesión que no aman, por diferentes motivos, para luego terminar en un trabajo que no les agrada, y seguramente, no hacen bien; pero ella apostó por una vía diferente, proclamando así con su éxito que no hay una forma correcta de cumplir un sueño y que solo hay que ser muy valiente.
Analizando sus colecciones y la relación tan cercana que mantienen con la sostenibilidad, la conciencia social y sobre todo con la psicología y el pensamiento humano, puedo entender de que no solo son piezas de indumentaria, son extremas y verdaderas obras de arte, hechas a la medida del talento y visión de su diseñadora.
Fusionar la moda, con el pensamiento psicológico humano, el análisis de lo que sucede en el mundo, y sobre todo lograr encima, que sea una pieza sustentable, lo considero un verdadero desafío.
Pero es increíblemente esperanzador que existan Marcas y Diseñadores, que en la actualidad se salgan del molde de “solo comercial” y apuesten por una moda diferente. Lo que convierte a Denika Ávila en el ejemplo perfecto, de la moda que deberíamos de apoyar como consumidores.
Piezas con una investigación previa, que cuentan una historia y que tienen un propósito.
Seguimos condenando a la industria de la moda, por todos los desastres que no hay dudas que si causa, pero de pronto en este mar de caos y oscuridad, se levanta poco a poco una ola de personas, diseñadores, marcas, comunicadores, estilistas y profesionales del rubro que está surfeando diferente, y que a riesgo de hundirse en ese terrible océano, han decidido nadar contracorriente.
Lo pretenda o no Denika Ávila está dejando un precedente en la moda. Y por toda Latinoamérica se oyen ecos, ecos que nos recuerdan que hay una senda mejor para recorrer en la industria, y que aquí nada, absolutamente nada, es superficial.
Solo espero, que lo que hoy vemos como una pequeña ola, este camino consciente y alternativo en la moda, algún día, se transforme en un tsunami.